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Dos meses abandonados a su suerte, y no son los únicos

?Sólo queremos cobrar nuestro dinero y volver a casa junto a nuestras familias?

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  • Cansados de esperar, los marineros del ?Eastern Planet? sólo ansían cobrar sus salarios atrasados y regresar a casa. -
  • La tripulación del ?Eastern Planet? se plantea hoy cómo escapar de su difícil situación en Algeciras
El buque Eastern Planet, con bandera de Sierra Leona y 16 tripulantes a bordo, la mayoría ucranianos, se quedó sin combustible en las inmediaciones de la Bahía de Algeciras el pasado 22 de junio y su tripulación se quedó sin más horizonte que el del encierro en el barco, abandonados a su suerte. Iban camino del puerto de Matadi, en la República Democrática de El Congo, pero ayer cumplieron dos meses en el dique norte algecireño y hoy la tripulación comunicará al sindicato ITF (Federación Internacional de los Trabajadores del Mar )su decisión final sobre la petición del cargador de desembarcar la mercancía de cemento que el buque transportaba.

El cargador requirió de la tripulación su colaboración ante una eventual descarga para completar el viaje hacia el puerto congoleño en otro embarcación. Sin embargo, todo parece indicar que la marinería va a optar por dificultar la descarga al entender que se trata de la única baza con la que cuentan para negociar e intentar cobrar los salarios atrasados, que suman ya casi 90.000 dólares en total.

El coordinador del sindicato ITF para España, José Manuel Ortega, apuntó ayer que “veo complicado que el cargador se haga cargo de los fondos necesarios para afrontar los salarios pendientes. La empresa señala que legalmente no se puede reclamar contra la carga unos sueldos, ya que los tripulantes están contratados por el armador y no el cargador”.

De optarse por la huelga, ITF comunicará la decisión “al cargador y a la Administración. No hace falta que realicen un preaviso, basta con que se produzca una comunicación y que sea firmada por los tripulantes que secunden el paro. Están muy desesperados, por lo que la situación se agrava cada día”.

Gracias a la colaboración de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA), tienen combustible y comen alimentos frescos, algo de lo que carecían cuando llegaron y que obligó a UGT y Cáritas a atender a los marineros.

La entrega de alimentos pudo realizarse gracias a que la APBA patrocinó el uso de la lancha Nadir Cat para el traslado de representantes de los sindicatos UGT e ITF, así como de un par de voluntarios de la Cruz Roja, quienes confirmaron que la tripulación no tenía “problemas médicos”.

Doce ucranianos, tres rusos y un georgiano que dos meses después de llegar a Algeciras continúan sin recibir sus salarios y sin tener claro cuál va a ser su futuro inmediato. La sensación de frustración a bordo del Eastern Planet es palpable.

Para Sergei, uno de los tripulantes, el asunto de fondo es simple. “Sólo queremos cobrar nuestro dinero y volver a casa junto a nuestras familias”, declaró a este diario.

Problema global
El caso del Eastern Planet tiene precedentes, y muchos. La crisis económica ha impactado de forma brutal al sector marítimo internacional. Aunque ya se ven señales de recuperación, los fletes se han desplomado durante meses, dejando a muchos armadores al borde de la quiebra. Los que operan barcos antiguos como el Eastern Planet son los que se ven mas afectados. Donde antes había trabajo y carga rentable, ahora no hay nada.

Las tradiciones empresariales del mundo marítimo - un barco por empresa - no ayudan a los tripulantes. Si el único bien de una compañía en quiebra es un viejo barco, ¿cómo pides responsabilidades y recuperas lo tuyo? En un negocio donde los entramados empresariales son moneda común, donde a veces es difícil establecer incluso quién es quién y qué papel juega cada uno en la operación del barco, lo mas fácil para muchos armadores frente a las dificultades económicas es simplemente lavarse las manos de su buque, y de sus tripulantes. Como en el caso con el Eastern Planet, con frecuencia suelen desaparecer sin rastro.

La Organización Mundial del Trabajo (OMT), con base en Ginebra, mantiene una base de datos de casos de abandono en el sector marítimo. La lista no es exhaustiva, pero demuestra la gravedad del problema. Ya en el 2008, antes de entrar en plena crisis, la OMT avisaba de unos 28 barcos abandonados alrededor del mundo. A finales del 2009, en plena crisis ya, la suma crecía hasta llegar a 55 casos de abandono. A fecha de ayer, la OMT tenía constancia de 95 casos de abandono de buques; sus tripulaciones en muchos de ellos en peores condiciones que las del Eastern Planet. “La tripulación del Eastern Planet, en este momento, esta olvidada, y desafortunadamente esta es una situación que se repite una y otra vez alrededor del mundo,” declaró Ortega, cuyo sindicato trabaja a nivel internacional para ayudar a marineros en esta situación.

La OMT, junto a la Organización Marítima Internacional, ambos órganos de las Naciones Unidas, han elaborado unas directrices para abordar el tema de las tripulaciones en situación de abandono. Se trata de buscar mecanismos para protegerles, tanto desde el punto de vista salarial como humanitario. Pero aunque la intención es desarrollar un convenio internacional de carácter obligatorio, las directrices son optativas. Por ahora, son pocos países los que las cumplen.

A bordo del Eastern Planet la semana pasada, Ortega, un veterano del sector marítimo con muchas años de experiencia como inspector de la ITF, optó por ser realista. Lo ha visto todo antes, y sabe bien que no se puede dar falsa esperanza a los tripulantes. “Es duro, pero a la hora de la verdad esto pasa de ser un problema humanitario a ser uno de dinero, de quien paga”, dijo Ortega. “Las compañías no suelen tener problema en dejar a estas personas esperando seis meses, un año...”

Una situación muy similar al otro lado del Estrecho hace poco menos de un año
La situación precaria de la tripulación del ‘Eastern Planet’ ya se vivió al otro lado del Estrecho de Gibraltar, en Ceuta, hace tan sólo unos meses. Un quimiquero turco de 35 años, ‘Rhone’, lleva en ese puerto desde septiembre de 2009. Durante meses su tripulación de 10 marineros estuvo abandonada a su suerte.

Sobrevivían gracias a la ayuda de la Autoridad Portuaria de Ceuta y de las ONGs y sindicatos ceutíes. La Federación Internacional de los Trabajadores del Mar (ITF) intervino en el caso y, a través de sus abogados, embargó el barco y consiguió repatriar a todos menos a uno de los tripulantes, que optó por seguir a bordo.

Pero a día de hoy, aún siguen sin cobrar unos 230.000 dólares que se les debe en salarios atrasados. Queda por concluir un lento proceso judicial y completar la venta de un barco que, en su dañado estado estructural, sirve para poco más que el desguace. Mientras, los tripulantes del ‘Rhone’ siguen con sus vidas, dejando atrás su pesadilla en Ceuta y esperando recuperar, algún día, el dinero que se les adeuda.

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