La vivienda heredada representa el 17 % del total de la oferta disponible, tanto para vender como para alquilar, lo que arroja un crecimiento de dos puntos con respecto al año anterior, según un estudio elaborado por el portal inmobiliario Fotocasa.
Sin embargo, su peso varía en función del mercado. Así, mientras que los herederos suponen el 23 % de quienes venden algún inmueble, un porcentaje dos puntos superior al de 2022, entre los arrendadores solo un 11 % han recibido en herencia la vivienda. Estos datos indican que en la mayoría de los casos las viviendas heredadas se destinan a la venta más que al alquiler.
Entre los motivos que priman a la hora de vender una vivienda heredada destacan los personales, que sin embargo se han reducido, o el no querer problemas con el pago del alquiler, que en esta ocasión han aumentado. También se sitúa la imposibilidad de asumir los costes que comporta la vivienda heredada, que no existan beneficios fiscales que compensen los riesgos o el querer comprar otra vivienda.
Entre las dificultades para la venta destaca el elevado precio, la labor de las inmobiliarias o la ubicación del inmueble heredado.
Por su parte, los que optan por alquilar la vivienda heredada lo hacen fundamentalmente porque es una fuente de ingresos, prefieren que esté ocupada y por la rentabilidad que ofrece, motivos que han perdido peso con respecto al año anterior.
El principal freno a la hora de alquilar es la desconfianza sobre los posibles inquilinos, la disponibilidad de tiempo para enseñar la vivienda o la elevada cantidad de ofertas.
Según apunta Fotocasa, las viviendas heredadas constituyen un volumen muy relevante en la oferta disponible, que continúa siendo insuficiente, en mayor medida en el mercado del alquiler. Por ello, piden a las administraciones que creen un clima de estabilidad y seguridad jurídica para que el propietario tenga garantías a la hora de poner en alquiler el activo en vez de obrar en la dirección contraria con normativas "poco acertadas" como la Ley de Vivienda.