Desde ayer y hasta el 19 de septiembre, el Museo de la Casa Lis de Salamanca alberga la que ha sido calificada por el director del centro, Pedro Pérez, como una exposición “muy importante” para el mundo de la cultura.
Pérez resaltó que el montaje Picasso-Tauromaquia se ha hecho “para Salamanca” aunque posteriormente se aprovechará esta primera salida de los fondos del Museo Picasso de Barcelona para comenzar una itinerancia por distintos centros europeos.
A través de las 103 obras el espectador se encuentra con las distintas etapas evolutivas y creativas del genio malagueño y todo ello “además con una misma temática, lo que facilita poder estudiar los cambios en el artista”.
La muestra se divide en tres apartados que se inician con los primeros dibujos de Picasso en su época de La Coruña, Barcelona y Málaga, en los que se aprecia “la verdadera obsesión” que tenía por el mundo del toro y de la fiesta, y que le fue inculcada por su padre desde pequeño, según ha recordado el director de la Casa Lis.
La exposición se completa además con algunos de los trabajos más importantes y destacados del artista malagueño sobre esta temática, como son los grabados.
Picasso fue reconocido internacionalmente como un gran grabador y muestra de ello, agregó Pérez, es el estudio con todas las partes de la liturgia taurina que ahora se expone en Salamanca.
Otro de los apartados se ha centrado en las fases creativas relacionadas con la litografía y los dibujos "que representan la imagen más universal" de Picasso con la tauromaquia.
Junto a pinturas, dibujos y grabados, la Casa Lis muestra además cuatro pinturas al óleo sobre tabla, de las que Pérez ha asegurado que “tienen un interés casi académico”.
Los responsables de la muestra subrayaron la importancia de que las obras hayan salido de su museo a pesar de que se trata de piezas muy delicadas.