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SOS Europa: Soy mujer subsahariana, explotada y atrapada en Marruecos

Miles de mujeres subsaharianas están sufriendo violencia sexual tras la huida de sus países por conflictos armados, matrimonios forzados o demás agresiones, quedando atrapadas, después de varios años de ruta, en Marruecos.

Miles de mujeres subsaharianas están sufriendo violencia sexual tras la huida de sus países por conflictos armados, matrimonios forzados o demás agresiones, quedando atrapadas, después de varios años de ruta, en Marruecos.

Lo ha denunciado Médicos Sin Fronteras en un informe en el que recoge los testimonios de varias decenas de estas mujeres y niñas y pide a la UE y a las autoridades de Marruecos que asuman sus responsabilidades de protección y asistencia a estas víctimas de políticas “cada vez más restrictivas” de migración y asilo, en el control de las fronteras externas europeas y en las expulsiones de migrantes.

“Se trata de un fenómeno de enormes dimensiones, pero tenemos dificultades para identificarlo por su clandestinidad, es la punta del iceberg de una práctica cada vez más extendida en el proceso migratorio”, ha asegurado el responsable de MSF en Marruecos, Alfonso Verdú, según los datos de la ONG “que registran un aumento progresivo desde julio de 2009, lo que muestra una tendencia preocupante”.

Una de cada tres mujeres atendidas por esta organización en Rabat y Casablanca ha admitido sufrir uno o múltiples episodios de violencia sexual, desde que salieron de sus países de origen o ya en Marruecos.

La cifra es más elevada, explica la ONG, porque casi ninguna de las mujeres explotadas o agredidas quiere contar su experiencia por la indefensión que sufren como mujeres indocumentadas y por la falta de oportunidades para hacerlo.

Médicos Sin Fronteras pone cara, en su informe, a 63 pacientes que se han atrevido a relatar sus historias, muchas sufrieron violaciones en sus países de origen (el 29 por ciento), volvieron a ser víctimas de episodios de violencia sexual a lo largo del camino -que suelen durar entre una semana y tres meses- (el 45 %) y fueron de nuevo atacadas en la frontera o dentro del territorio marroquí (el 59%).

Sus edades oscilan entre los 2 y 40 años, proceden principalmente de la República Democrática del Congo y de Nigeria, y de estas personas el 21% son menores de edad.

Las mujeres acuden a las redes para salir de sus países, en general viajan hacinadas durante días en la parte posterior de camiones atravesando el desierto, sin detenerse para comer ni dormir y sin apenas agua, explica el informe.

En algunos tramos son obligadas a caminar durante días para evitar los controles policiales y, en ocasiones, abandonadas en el desierto con un bidón de cinco litros de agua.

Las que logran llegar a Marruecos “se encuentran en una situación de bloqueo indefinido, lo que agrava su vulnerabilidad, no tienen dinero, están indocumentadas, no tienen derecho a asistencia sanitaria y caen de nuevo en manos de redes, normalmente de explotación sexual, y la que consigue huir no sabe a dónde ir porque no hay respuestas para protegerlas”, relata la asesora de asuntos humanitarios de MSF.

“Desde nuestra organización vemos estos pedazos de realidad, lo que nos dejan ver, incluso en algunos lugares no podemos entrar por la clandestinidad del fenómeno”, dicen los cooperantes, que reclaman la urgencia de encontrar una respuesta integral para esta situación generada en este país de tránsito migratorio.

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