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Una víctima superviviente del accidente dice que fue ?tremendo lo que tardaron en venir a rescatarnos?

María Loreto Mercedes, una de los 18 supervivientes del accidente del avión de Spanair, denunció ayer ante el juez Javier Pérez la tardanza de los equipos de rescate en auxiliar a las víctimas del siniestro.

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  • María Loreto Mercedes. -
  • María Loreto Mercedes critica el diseño de la pista donde se estrellaron

“Es tremendo lo que tardaron en venir a rescatarnos. Calculo que fueron más de 40 minutos. Estoy viva porque estaba consciente y avisé con una mano a los médicos”.


María Loreto Mercedes, una de los 18 supervivientes del accidente del avión de Spanair, denunció ayer ante el juez Javier Pérez la tardanza de los equipos de rescate en auxiliar a las víctimas del siniestro, criticando el diseño de la pista 36L de la Terminal 4 por estar al lado de “una vaguada, un río y una zona arbolada” y que los controladores de la Torre de Control no se percatasen del impacto cuando el avión estaba en la cabecera de la pista.


Tres meses y medio después de la catástrofe, que se cobró la vida de 154 personas, el instructor escuchó el desgarrador testimonio de tres supervivientes. José Alonso, que llevaba un collarín, llegó a la sede judicial con su hija, quien todavía está en silla de ruedas. El 20 de agosto, el hombre, de 47 años, perdió a su esposa y a su otra hija. “No quiero hablar. Bastante tengo con ver a mi hija en silla de ruedas”, imploró a los medios poco antes de comparecer ante el juez.


Mientras José declaraba, la hermana de Loreto condujo hasta la puerta del Juzgado de Instrucción número 11 la silla de ruedas en la que la superviviente está postrada. Frente a la puerta, comentó que perdió a su hija de 23 años en el accidente. “Eso es lo peor”, manifestó con voz quebrada, agradeciendo el apoyo prestado por su familia para salir adelante. 


La mujer, de 57 años, dijo a los periodistas que del accidente se derivan responsabilidades de “muchas personas y entidades”. “Hay responsabilidades de todos. Desde la compañía, hasta Fomento. Todo el mundo tiene un poco de responsabilidad”, apostilló.


El último en ofrecer su testimonio fue Rafael Vidal Rodríguez, de 31 años, quien todavía necesita unas muletas para andar. “Esto es bastante desagradable para que me hagáis hablar”, clamó a los periodistas en los pasillos. No obstante, quiso aclarar que cuando salió del hospital tuvo conocimiento de las barbaridades que habían publicado los medios. “No hubo ninguna explosión”, dijo.

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