Ya nadan en libertad dos tortugas marinas heridas, que fueron encontradas por bañistas en la costa malagueña hace unos años. Su estado de salud al llegar al Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas (Crema) no era nada bueno, es más, de no haber sido atendidas, posiblemente hubieran fallecido.
La liberación se ha producido este lunes a unas dos millas de la costa malagueña, justo un día después del Día Mundial del Medio Ambiente, pero el camino no ha sido fácil. Una de las tortugas llegó al Crema hace tres años con graves problemas en la piel afectada por parásitos. Según su historial clínico, a su ingreso, el animal presentaba debilidad y colonización excesiva de cirrípedos. Tuvieron que tratarla con antibióticos, electrolíticos, aminoácidos y vitaminas.
La segunda fue encontrada hace algo más de un año. Llegó muy delgada y deshidratada al haber comido restos de envoltorios de plásticos tirados al mar. Son animales que “dependen mucho de las causas externas, como parásitos y plásticos”, explica Juan Antonio López, presidente del Aula del Mar. Debido a su débil estado de saludo, en este caso, la acción humana “ha sido beneficiosa”. Con la recuperación y liberación de estos dos ejemplares jóvenes, de 4 y 14 kilos, “se consigue que las poblaciones se mantengan, ya que en un futuro pueden ser reproductores”.
La contaminación es uno de los grandes problemas que afecta a estas tortugas y a su hábitat: “De alguna manera aquí lo más importante es la educación ambiental, concienciar y sensibilizar a toda la ciudadanía”, asegura López.
Para el presidente de la Diputación, Francisco Salado, ha sido un momento “muy emotivo” y desea que estas acciones sean “más cotidianas y que el hombre sea el aliado de la tierra y de la naturaleza, y no su enemigo”.
El Aula del Mar actúa como centro colaborador de la Consejería competente en Medio Ambiente. Anualmente se desarrollan programas de conservación y sensibilización sobre las especies marinas amenazadas, en colaboración con la Diputación y el Ayuntamiento.