La hermandad del Despojado puso en la calle en 2019 más de 260 nazarenos. Su hermano mayor, Alfonso Cortés, confía en alcanzar como mínimo esta cifra el próximo Domingo de Ramos, tras dos años sin procesiones en la Semana Santa.
“No esperábamos que hubiera tanta gente el primer día del reparto de túnicas” el pasado 1 de marzo, reconoce. “La cosa va bien”, hay ganas muchas ganas entre los hermanos.
Cortés señala que, a diferencia de otras ocasiones, “se ha ampliado el plazo hasta el viernes 18” para evitar que la casa de hermandad esté muy concurrida. Aunque asume que, como es habitual, “siempre habrá algún rezagado que se presente el Sábado de Pasión”.
Con la esperanza de que “vivamos una Semana Santa normal”, la hermandad recupera paulatinamente la actividad. El sábado, el grupo joven celebró una convivencia en el patio del colegio de Salesianos. En el interior de sus instalaciones, en el centro educativo, se mantiene la prudencia para evitar contagios de coronavirus.
Las Penas, no en vano, mantiene suspendida la agenda paralela a la religiosa en la que los integrantes de la cofradía confraternizan. “No hemos hecho ni el arroz solidario que organizamos tradicionalmente ni los talleres para los más pequeños”, explica la hermana mayor, Inmaculada Ruiz. Aunque espera poder vivir un nuevo “sábado de flores” en vísperas del Domingo de Ramos, con los niños como protagonistas en la capilla.
Respecto al reparto de túnicas, a partir del lunes, se muestra optimista, no obstante. Por los números que maneja Alfonso Cortés y por la asistencia a los cultos, “que se desarrollan con normalidad y aforo completo”.
“En la misa mensual de Vera Cruz, los terceros viernes de cada mes, nunca han dejado de faltar entre 50 y 60 personas”, asegura, por su parte, Emilio Bienvenido, hermano mayor, quien considera que este es el mejor termómetro para constatar que el cortejo de su cofradía contará al menos con los 180 capirotes de 2019.
“En el quinario que estamos celebrando también se nota un mayor número de asistentes”, se congratula. Además, la hermandad retomó el domingo una convivencia por “la que todo el mundo preguntaba”. No es un asunto menor porque es un punto de encuentro para el conjunto de la cofradía.