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Emoción y gratitud en el Besamanos a la Virgen de los Desamparados

Ni la lluvia ni el frío han evitado que hoy se lleve a cabo el solemne Besamanos a la Mare de Déu en la Basílica de la Virgen de los Desamparados

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Ni la lluvia ni el frío han evitado que hoy se lleve a cabo el solemne Besamanos a la Mare de Déu en la Basílica de la Virgen de los Desamparados que ha abierto sus puertas a las 7 de la mañana . Una tradicional que, de forma excepcional, que finalizará tras el paso del último devoto y que se está desarrollando cumpliendo el protocolo frente a la pandemia que marca la conselleria de Sanidad.

Se trata de un “Besamanos extraordinario organizado para que todos los devotos que quieran puedan presentar sus súplicas a la Mare de Déu sobre todo en este tiempo que vivimos tan difícil de la pandemia en el que nos acordamos de todos los enfermos y fallecidos por el Covid-19”, ha indicado el vicerrector de la Basílica, Álvaro Almenar.

La primera devota que ha realizado el “pase reverencial” ante la imagen de la Virgen de los Desamparados ha sido Ana Isabel Gómez, que estaba esperando en la puerta de la Basílica desde las 4:45 horas de la madrugada, quien ha acudido porque, según sus palabras, “tengo mucho que pedirle a la Mare de Déu y mucho más que agradecerle”.


La “inmensa emoción” ante la cercanía de la imagen y las ganas de dar gracias a la Virgen son los sentimientos que predominan en la fila en la que los devotos esperan su turno, todos ellos con mascarilla, guardando la distancia de seguridad y con toma de temperatura previa antes del “pase reverencial” ante la imagen, a la que nadie puede tocar ni besar.

Muchos de ellos repetían y nunca han faltado a su cita del Besamanos: “nos hemos levantado a las cinco de la mañana para venir porque teníamos muchas ganas de poder verla tan cerca”, asegura una devota, al igual que un matrimonio que “casi no hemos dormido para llegar pronto”. Y todos comparten una “alegría inmensa” al poder estar frente a la Mare de Déu” y la petición de salud y del fin de la pandemia.

Un centenar de voluntarios han estado velando porque se cumplieran con todas las medidas de seguridad. En el interior: mascarilla obligatoria, distancia de seguridad, gel hidro alcohólico y toma de temperatura a la entrada. Además se han organizado grupos de 20 personas para ir entrando de manera ordenada a la Basílica. Por prevención, este año los feligreses no han podido tocar ni besar a la Virgen de los Desamparados, aunque eso no ha sido impedimento para que durante toda la mañana el goteo de personas haya sido constante en la plaza de la Virgen.

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